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Una de las consultas más habituales a educadores, etólogos y terapeutas del comportamiento canino es: ¿Cómo hacer que mi perro deje de morder la correa, los muebles o cuando juega?

Vamos a darte las pautas necesarias para educar a tu perro en estas situaciones tan frecuentes.

 

1. ¿Cómo hacer que mi perro deje de morder la correa?

 

En primer lugar, es fundamental que el dueño no juegue con el perro a morder la correa desde un inicio, porque luego se querrá corregir este tipo de conducta y lo más normal es que cueste mucho más.

Para continuar, antes de preocuparnos de que no muerda la correa, vamos a tener cubiertas sus necesidades de estimulación física y mental y vamos a cerciorarnos de que sus niveles de estrés no sean demasiado altos, esto no sólo vale para el caso de la correa, sino que también es aplicable a los otros dos casos que vamos a ver en este artículo.

Fomentar la calma desde antes de salir de casa y durante todo el paseo facilitará notablemente las cosas y para ello, es fundamental que los primeros en calmarse seamos nosotros. Estas pautas se pueden ir trabajando al mismo tiempo que le enseñamos a no tirar en el paseo, algo que podemos hacer gracias al artículo “Tu perro tira de la correa ¿Cómo solucionarlo?

El tipo de material que usemos para el paseo también es importante, evitaremos correas demasiado gruesas, ya que para el perro son más llamativas y apetecibles. El tipo de correa que debemos utilizar debe ser lo más ligera y fina posible, siempre y cuando sea lo suficientemente resistente.

Si ya estamos en la calle y comienza a morder la correa, nunca debemos pelear con él para que la suelte, ¡Está terminantemente prohibido! Lo que si podemos hacer dependiendo de cuál sea la opción más eficaz para nuestro perro, algo que iremos viendo sobre la marcha, es:

1ª Pararnos en seco cuando empiece con el mordisqueo, esperamos a que pare en silencio y sin mirarle y posteriormente, continuamos con el paseo. Si es demasiado terco o se sube mucho de revoluciones aún cuando no le estamos prestando atención, será mejor atarle a un poste, banco, valla, etc, para alejarnos de él y no prestarle atención hasta que veamos que se ha calmado, momento en el que le cogeremos y continuaremos con el paseo.

2ª Abrirle la boca apretando con cuidado a ambos lados de la mandíbula mientras le agarramos del collar (sin regañarle ni decirle nada), le sacamos la correa, la colocamos tensada por detrás de su cabeza y continuamos con el paseo.

3ª Si el perro tiene trabajado el “no” informativo, lo utilizaremos ante el intento de morder la correa, ¡No cuando ya esté mordiéndola!

 

Tan importante como corregir es premiar, si está paseando comportándose adecuadamente durante un rato, podemos decirle que lo está haciendo muy bien e incluso darle una chuche si lo deseamos.

Para finalizar con esta lista de pautas tenemos una solución que es la más rápida y sencilla, el uso de una correa metálica, es tan desagradable para el perro la mordida de este tipo de material que posiblemente no llegue ni a intentarlo, pero el lado “negativo” es que las más largas que podemos encontrar a la venta son de 180 centímetros.

 

2. ¿Cómo hacer que mi perro deje de morder los muebles?

 

Que un perro muerda los muebles es algo muy habitual, si es un cachorro puede deberse a que esté reconociendo su entorno, o puede que le duelan las encías debido al crecimiento de la dentición y que con ello busque calmarse.

Aunque este tipo de conducta puede verse en perros de cualquier edad, pudiendo estar asociado a estados de ansiedad, deficiente resistencia al aburrimiento y a determinadas razas en las que el placer de morder es más que suficiente.

Para solucionarlo debemos seguir los siguientes consejos:

1º Aplicar sobre la superficie que habitualmente muerde una sustancia no dañina, pero que si le resulte repugnante, como por ejemplo vinagre, limón o pimienta roja diluidos en agua, también se pueden encontrar preparados específicos en tiendas especializadas y a través de internet.

2º Dejarle al menos dos o tres opciones de diferentes texturas y que le sean atractivas, como por ejemplo, un Kong que habremos congelado previamente con alimento en su interior o huesos de piel que podemos meter en agua a cocer por dos o tres minutos para aumentar su valor. Pero si tiene preferencia por superficies de mayor dureza, podemos optar por huesos crudos o astas (en el momento en que veamos que ya los tiene suficientemente desgastados como para poder tragárselos, habrá que cambiarlos).

3º En casos de estrés, ansiedad e hiperactividad, es recomendable la contratación de un especialista en comportamiento canino, pero hasta que empiece a tratarlo, el uso de preparados con tranquilizantes naturales pueden ayudarle a sobrellevarlo mejor. También es muy eficaz la feromona apaciguadora canina (DAP).

4º Nunca deberemos aparecer en escena y desviarle de que mordisquee el mueble con un juguete, ya que podríamos estar reforzando aun más la conducta que queremos eliminar (cada vez que muerde el mueble aparece ese juguete que le gusta tanto, con lo que puede que aumente la probabilidad de que muerda el mueble más habitualmente).

5º La corrección adecuada para evitar que muerda los muebles es decirle un ¡no!, cogerle, llevarle donde tenga sus juguetes, pedirle algo que sepa hacer, como por ejemplo un sentado y premiar la obediencia dándole el juguete o incluso jugando un poco con él mientras le decimos un “muy bien”. Si no entiende todavía el ¡no!, haremos lo anterior saltándonos esta corrección.

No debemos enfadarnos con el perro, ni pegarle, ni entrar en una lucha, ni simular un mordico con la mano, lo que debemos hacer es educarle haciéndole entender lo que no debe hacer y lo que sí siempre que lo veamos. Evitaremos ser inconsistentes, ya que este es uno de los principales motivos de una mala educación, además de generar estrés en el perro.

En el momento en el que entendemos que somos su referente, cobra una mayor importancia tratar su educación con una gran paciencia, coherencia, constancia, firmeza y en un estado emocional adecuado, ya que esto influirá muchísimo en su futuro carácter.

 

3. ¿Cómo hacer que mi perro deje de morder cuando juega?

 

Que un perro muerda jugando es de lo más normal del mundo, ya que no tienen manos prensiles para agarrar como los humanos y es su boca la que desarrolla esta función, pero tienen que aprender a controlar la intensidad de la mordida, este control de la mordida deben desarrollarlo cuando son cachorros.

Cuando se mantienen el tiempo suficiente con sus hermanos de camada y la madre, llegan al nuevo hogar sin necesidad de que les enseñemos, pero cuando su llegada es en pleno aprendizaje o incluso antes de este, somos los tutores del cachorro los responsables de dicho aprendizaje.

A continuación vamos a exponer la manera correcta de enseñar el control de la mordida:

Si estamos jugando con el cachorro y nos muerde más fuerte de lo que debería, le rechazaremos con un ¡fuera! cortante y seco, le apartaremos sin ser demasiado bruscos y nos iremos.

Esta corrección debemos hacerla con firmeza, seguridad, autocontrol, emocionalidad neutra y sin pelear, sin mover continuamente las manos y los brazos y, sin repetir más de una vez la corrección empleada.

La intención de esta reacción es meramente educativa, si el cachorro juega correctamente la interacción puede continuar hasta que decidamos parar, momento en el que le podemos dar un juguete suyo, tirarle unas chuches o su propio pienso para que busque un rato, o también, podemos darle unas caricias relajadas, para que se tranquilice un poco y así poder continuar con nuestros asuntos.

Espero que este artículo te sirva y recuerda que ante la mínima duda, la mejor opción que se puede tomar, es consultar con un profesional.