Este artículo tiene la finalidad de dar respuesta a las cuestiones y preguntas que más se repiten sobre la agresividad en perros.
En un tema que tanto nos preocupa, considero fundamental tratar y dar respuestas a los aspectos que despiertan mayor interés en el público general, para ello, vamos a empezar explicando qué es la agresividad canina.
1. ¿Qué es la agresividad en perros?
La agresividad canina se desarrolla con amenazas (gruñendo) y/o atacando (mordiendo). Los motivos que pueden llevar al perro a tener reacciones de este tipo son múltiples y el modo en el que se desarrolla la conducta, varía sustancialmente en forma y en grado, dependiendo del caso.
La intencionalidad de una conducta agresiva en el perro, es la de ejercer un daño a otro animal, persona u objeto. Veamos los diferentes tipos de agresividad que existen.
Agresividad por dominancia
La dominancia es una de las variables de la personalidad tanto en el perro como en el ser humano, el lado opuesto de esta, es la sumisión.
El perro dominante busca influir sobre el comportamiento de otros individuos del grupo, así como obtener y mantener el control de ciertos privilegios.
Es un tipo de agresividad mucho más inusual de lo que se piensa, sobre todo cuando va dirigida hacia el ser humano.
Ya que el perro es un animal que ha pasado por un proceso de domesticación, en el que se ha seleccionado generación tras generación a aquellos individuos que presentaban una mayor sumisión, necesidad de afecto y ganas de agradar al hombre.
Los contextos que se dan en este tipo de agresión son muy variados, pero tienen algo en común, la necesidad de competir por algo o de influir sobre el comportamiento de otros (mandar), incluso hasta el punto, de controlar el espacio en el que otros se mueven.
Agresividad intrasexual
Este tipo de agresividad se da ante la presencia de individuos de la misma especie y género y es más frecuente en machos que en hembras.
Agresividad por protección de recursos
Un recurso puede ser la comida, juguetes, objetos, un lugar de descanso, o incluso, la cópula. El caso más habitual es el de la protección de recursos primarios como la comida.
Este tipo de agresividad es motivado por el grado de valor que le da el perro a aquello que protege y la sospecha de que puedan intentar quitárselo.
Agresividad por celos
Generalmente, se considera que este tipo de respuesta agresiva forma parte de la protección de recursos.
En mi caso estoy completamente en contra de incluirla dentro de este apartado, ya que en las ocasiones en las que se da este tipo de conducta agresiva, lo que las provoca, es la interacción y las muestras de afecto, generalmente entre otro perro y su propietario.
Agresividad territorial
En este caso, el perro defiende lo que considera su territorio. Este tipo de agresividad nunca va dirigida hacia personas de la familia o animales con los que comparta dicho espacio.
El destinatario es cualquier extraño que entre o amenace con entrar a dicho territorio y el mensaje es muy claro, ¡Vete o tendré que atacar! Aunque hay perros que pueden atacar directamente.
Agresividad por miedo
En este tipo de respuesta agresiva, el grado de miedo que siente el perro desencadena una agresión defensiva.
En caso de tener elección, generalmente tenderá a huir, porque así no tendrá que pelear, minimizando al máximo el riesgo de sufrir cualquier daño.
Pero si no puede huir y la percepción que tiene el animal de la situación, es lo suficientemente peligrosa, se verá obligado a luchar.
Esta agresión defensiva, puede ser provocada como resultado de un hostigamiento al perro o de interacciones que él perciba como muy intrusivas o violentas.
Agresividad maternal
El instinto maternal y la influencia hormonal pueden motivar este tipo de agresividad, que tiene como objetivo mantener a los cachorros a salvo.
Esto es algo subjetivo, ya que también dependerá del carácter de la perra y de lo que ella considere como “peligroso”.
Agresividad predatoria
Este es el tipo de agresividad más peligrosa de todas. Normalmente el perro suele mostrar un comportamiento depredador hacia un gato, conejo, pájaro, etc.
Pero esto no quiere decir que en algunos casos excepcionales, no pueda ir dirigida hacia un ser humano, o incluso hacia otro perro.
Agresividad originada en el juego
En este caso, la excitabilidad a la que se ven expuestos los perros durante el juego, los errores en la comunicación entre ellos y una mala gestión de la frustración, pueden motivar este tipo de agresión.
Agresividad redirigida
Este tipo de agresividad tiene lugar cuando el perro no puede acceder al individuo que es motivo de dicha agresión, redirigiendo hacia la persona o animal más cercano. Es un acto agresivo meramente impulsivo.
Agresividad por dolor
Siempre que se dé una agresión repentina y sin causa aparente, deberemos valorar la posibilidad de que sea por dolor.
No sólo el hecho de tocar la zona dolorida puede desencadenar la reacción agresiva, sino que puede que el perro esté más irritable y que tolere menos las interacciones.
Agresividad por cambios fisiológicos
Los cambios que puede sufrir el perro, como el síndrome de disfunción cognitiva en perros o la ceguera, entre otros, pueden derivar en reacciones agresivas.
En el caso de la disfunción cognitiva, puede que el perro este más irritable, llegando incluso a la agresión. Y en el caso de la ceguera, acercarnos demasiados rápido puede motivar estas reacciones.
Agresividad por frustración
La frustración se genera ante la imposibilidad de satisfacer una necesidad o un deseo.
Si no se ha cultivado en el perro un buen autocontrol, la posibilidad de que presente conductas agresivas ante situaciones generadoras de frustración aumentan.
En mi opinión, este tipo de agresividad cada día es más habitual y la educación recibida por parte de los propietarios es la responsable de ello.
El perro al igual que las personas, tiene que aprender a gestionar la frustración de una manera adecuada.
Falsa dominancia
El problema de fondo es el miedo. El perro aprende, que mediante la agresión defensiva mantiene sus privilegios o consigue influir sobre la conducta de los dueños, de tal manera que al cabo del tiempo, se consolida en una falsa dominancia.
Falsa territorialidad
Como en la falsa dominancia, la agresión inicial es causada por el miedo. El perro comprueba en repetidas ocasiones que tiene éxito consiguiendo alejar al individuo ajeno a la familia y este comportamiento, termina derivando en una falsa territorialidad.
Agresividad Abusiva
Este tipo de agresión se da entre perros, el abusón agrede a aquellos perros que muestran una conducta sumisa, mayor sensibilidad y cierta incapacidad para defenderse del agresor. Podría considerarse como un tipo de bulling.
Este listado, nos tiene que servir para poner una especial atención y cuidado en las situaciones que puedan generar una conducta agresiva y siempre que se pueda, consultar con un profesional para que nos ayude.
Pero no son estas las únicas causas que pueden provocar respuestas agresivas en el perro, sino que hay otras más difíciles de diagnosticar, debido a la falta de un patrón en la conducta que nos permita ver el porqué.
Entre estas están el resentimiento, las disonancias en la personalidad, el aburrimiento existencial y por supuesto, la motivación intrínseca que genera la misma sensación de agredir.
La influencia de la genética y sobretodo, del ambiente, serán determinantes para el desarrollo y evolución de la agresividad en el perro.
2. ¿Cómo tratar la agresividad en perros?
La agresividad en perros, debido a su complejidad y a la peligrosidad que supone, siempre debe ser tratada por un profesional, a ser posible, contrastado.
Los días anteriores a nuestra citación con el psicólogo, etólogo, educador o terapeuta del comportamiento canino, evitaremos en todo momento que el perro reaccione de manera agresiva.
Para ello, sólo tenemos que haber detectado anteriormente los detonantes de dichas situaciones y manipular el entorno y nuestro comportamiento para que no se den.
En los casos específicos de agresividad por «dominancia» y protección de recursos, disminuiremos su ración habitual de comida y de chuches, que utilizaremos como un elemento distractor para evitar que muestre la conducta agresiva, le alejaremos del recurso (espacio, juguete, hueso, etc) que protege y mientras lo quitamos de su vista, le ordenaremos un sentado o un tumbado, que tras llevar a cabo, premiaremos.
3. ¿Cachorros agresivos?
Lo primero que tenemos que diferenciar es, si realmente el cachorro se está mostrando agresivo o está jugando y no tiene el control suficiente sobre la mordida. Si el problema es de falta de control en el juego, en el artículo Cómo hacer que mi perro deje de morder, hablamos también de ello.
Pero si realmente el animal se está mostrando agresivo, el primer paso es saber por qué.
¿Por qué puede mostrarse agresivo un cachorro?
Es importante tener en cuenta que cada cachorro es único, esta apreciación es muy necesaria por la cantidad de veces que he escuchado de la boca de diferentes propietarios, que los perros que habían tenido con anterioridad nunca se habían comportado así.
La genética y el ambiente, influirán a cada perro de maneras muy distintas y de ahí la variedad de comportamientos que pueden llegar a desarrollar.
1. Miedo, desconfianza y/o inseguridad: Si el cachorro tiene miedo o se muestra receloso y/o inseguro, puede llegar a mostrar una agresividad defensiva.
2. Socialización inadecuada: Debido a una falta de vivencias o a que estas hayan sido negativas, a una falta de lenguaje canino, o a no haber aprendido a cómo comportarse correctamente con sus congéneres, el cachorro puede tener, entre otras, conductas agresivas.
Socializar a un perro. Guía del experto, es un artículo en el que desgranamos todo con respecto a la socialización canina.
3. Protección de recursos: Esto se da cuando el cachorro empieza a mostrar agresividad para mantener en su posesión recursos como la comida, juguetes, sofá, cama, etc.
4. Causas orgánicas: En este caso la agresividad estará motivada por el dolor o por cambios fisiológicos. Como por ejemplo, en casos de hidrocefalia.
Recalcamos la importancia de un profesional para sobrellevar este tipo de situaciones y la corrección temprana de estas conductas inadecuadas.
Para finalizar, es muy importante dejar atrás afirmaciones obsoletas y sin sentido, como aquella que he escuchado en muchas ocasiones, de que al ser un animal, sus reacciones pueden ser impredecibles, atacando sin motivo. Siempre hay un motivo, incluso cuando no encontramos ninguno, este podría tener un origen orgánico o aprendido.