El síndrome del perro pequeño es más habitual de lo que pensamos y es fundamental que una vez que sabemos que nuestro perro lo sufre, le pongamos solución, ya que no solo sufren los propietarios de estos pequeños diablos, sino que también, ellos lo estarán pasando bastante mal.
A continuación, te damos todas las respuestas.
¿Qué es el síndrome del perro pequeño?
El Síndrome del perro pequeño se presenta con conductas inadecuadas y conflictivas, que perjudican la relación con sus congéneres y personas del entorno.
Estos perros de talla pequeña suelen tener miedos, ansiedad ante la ausencia del propietario, agresividad, ladrido incesante, mala socialización, conductas impositivas, protección de recursos y nerviosismo.
Puede que se den todas estas conductas, pero también puede que se den solo algunas. Para saber si estamos hablando del síndrome del perro pequeño, tienen que ir acompañadas de las causas que vamos a exponer a continuación.
¿Cuáles son las causas del síndrome del perro pequeño?
Este síndrome es originado por la mala educación por parte de los responsables del animal que en su afán de proteger y cuidar a estos perros, generalmente de razas pequeñas, terminan mimándoles, protegiéndoles y consintiéndoles en exceso.
Esto termina convirtiéndoles en individuos con un problema en su conducta, que cuanto más tiempo pase, más largo y complicado será de corregir.
En los perros de razas medianas y grandes, la educación suele ser mucho más estricta y la tendencia a sobreprotegerles es mínima. Esto sucede porque cuanto más grande es el animal, más conscientes somos de su potencial peligrosidad y más nos preocupamos de su correcta educación.
Las conductas del responsable del animal que provocan el síndrome del perro pequeño, son las siguientes:
- Sobreprotección: llevarle constantemente en brazos sin dejarle caminar, olfatear y relacionarse con otros perros. Compadecernos y asistirle exageradamente ante cualquier pequeño incidente, lo que puede propiciar miedos e incluso fobias.
- Exceso de atención: llevarle a todas partes, permitirle que vaya constantemente detrás de ti y dar respuestas a la gran mayoría de sus demandas de afecto, juegos y comida.
- Normalización de conductas agresivas: Quitarle relevancia a gruñidos y mordidas.
- Falta de límites y normas: Al perro se le permite prácticamente todo.

Las 4 pautas indispansables para solucionar el síndrome del perro pequeño
1ª Disciplinar con firmeza y constancia
Para solucionar este problema de conducta, estos perros necesitan disciplina. No por ello vamos a dejar de mostrarles afecto, pero este debe estar reservado a esos momentos en los que se comportan de forma adecuada.
Debemos ser severos en las correcciones, pero no enfadarnos y ni mucho menos, pegarle. La idea es que nunca se salga con la suya y tarde o temprano terminará abandonando esas malas formas. Las conductas que no funcionan para lograr un objetivo se terminan desechando.
Cuando esto no funciona es porque el fallo está en nosotros, no estamos siendo lo suficientemente consistentes, terminamos cansándonos y permitiéndole llevar a cabo esos malos hábitos, esto es sumamente perjudicial ya que el perro aprende que tarde o temprano terminaremos rindiéndonos. Cada vez que fallemos, más difícil se nos hará ponerle solución al problema.
2ª Evitar el apego excesivo
En los casos en los que quiera que accedamos a sus demandas, ya sean de comida, afecto o juegos, mostrándose excesivamente nervioso e incluso acompañado de un ladrido incesante, lo mejor es ignorarle completamente.
Este comportamiento es mejor tratarlo así porque puede que el hecho de que le prestemos atención aunque sea para corregirle, ya suponga un refuerzo para él. El mensaje que queremos trasmitirle es que la única manera de que obtenga cualquiera de estas cosas es estando calmado y cuando nosotros queramos.
Todo perro debe tener cierta independencia, trabajar ejercicios como el sentado-quieto o el tumbado-quieto e ir prolongando paulatinamente el tiempo que debe permanecer en esa posición, les va desensibilizando a esa situación en la que no le permitimos seguir siendo nuestra sombra (si alargamos este ejercicio más de 5 minutos, es mejor la posición de tumbado mucho más cómoda para el animal).
El uso de un trasportín o jaula también es efectivo, siempre y cuando se le haya positivizado correctamente y no aumentemos su estancia en el por más de cuatro horas.
3ª Ser un buen referente
Tengamos en cuenta que somos un referente para él y que nuestras reacciones marcan en gran medida el concepto que tenga de ciertas situaciones en el futuro.
Por eso es fundamental que ejerzamos cierto liderazgo, mantenernos calmados ante situaciones que le pueden marcar de por vida y representar para él una figura tranquila que le aporta seguridad.
4ª Dejarle ser un perro
Tiene que ser un perro. Y con esto me estoy refiriendo a que tiene que olfatear, tiene que socializar, tiene que investigar diferentes entornos y habituarse a todo tipo de superficies y también tendrá que correr ciertos riesgos, esto es parte de la vida.
En el caso de que nos sintamos inseguros y que la situación nos sobrepasa, lo mejor es ponerse en manos de un profesional comportamentalista canino o etólogo.
El post me parece muy útil para dueños que no sepan muy bien cómo lidiar con este tipo de perros. Es de gran ayuda. Gran trabajo
Muchas gracias por tu comentario.
Gracias por la información
Gracias a ti por el comentario y por tomarte un tiempo para leerlo.