En este artículo voy a tratar de explicarte de la manera más clara y concisa lo que es un perro reactivo, por qué lo es y también voy a darte las pautas y los ejercicios a realizar para solucionarlo.
¿Quieres saber qué es la reactividad en perros? Pues sigue leyendo que te lo explicamos.
¿Qué es la reactividad en perros?
El perro reactivo es aquel que ante ciertos estímulos (perros, coches, motos, personas, etc.) muestran una reacción exagerada, esto sucede debido a que el animal se desborda emocionalmente, ya que no es capaz de controlar ni de gestionar dicha situación.
Estas reacciones exageradas son fáciles de identificar, el perro se mostrará muy tenso y ladrando, gruñendo o incluso lanzándose contra el estímulo que motiva dicha reacción, aunque esté lejos.
La gran mayoría de los perros que muestran este tipo de conducta cuando van paseando con la correa, dejan de mostrarla cuando van sueltos.
¿Porqué tu perro es reactivo?
Los motivos que han podido llevar a que tu perro sea reactivo son muy variados.
A continuación, te expongo un listado con los más habituales para que puedas diagnosticar qué le ha llevado a esta situación.
1º Mal manejo de la correa: Este es un problema demasiado habitual. Generar tensión con la correa o pegar un tirón ante un estímulo específico (perros, personas, coches, etc.) en el perro puede tener un efecto muy negativo, ya que puede llegar a asociar dicho estímulo o estímulos con una sensación desagradable y terminar desembocando en conductas reactivas.
El perro aprende que mostrando esta conducta aparentemente agresiva, el estímulo que “provoca” la sensación desagradable desaparece y como consecuencia, dicha sensación también.
Pasado un tiempo, el propio estímulo que “provoca” el aversivo llega a adquirir el valor negativo de este, sin la necesidad de que se presente.
2º Socialización incorrecta: Una falta de socialización o malas experiencias durante esta, pueden generar que un perro sea reactivo.
3º Excitabilidad y/o frustración mal controlada: Generalmente, la reactividad se da en estos casos en perros muy excitables y/o con poca tolerancia a la frustración.
Al impedirles llegar al lugar donde se encuentra el otro perro, la frustración mal gestionada desemboca en conductas reactivas.
4º Falta de habituación: No haber expuesto gradualmente al cachorro a ciertos estímulos para que se acostumbre a ellos, o malas experiencias durante periodos críticos, también pueden generar este tipo de conducta.
Imagínate que un perro de un año hubiera tenido malas o nulas experiencias con coches, motos o autobuses.
5º Otros motivos: A parte de los motivos anteriores, puede haber otras causas originarias de este tipo de conductas. Inseguridad, dolor (consultar al veterinario) o incluso una falta de liderazgo por parte del dueño.
Pautas para perros reactivos
Antes de poner en práctica ciertos ejercicios para solucionar el problema de tu perro reactivo, hay que tomar unas pautas preliminares.
1ª Evita en la medida de lo posible que tu perro reaccione: Establecer este trabajo durante una semana será suficiente.
Debes identificar a qué distancia reacciona y los horarios en los que menos probabilidad hay de que se presente el estímulo detonante, una vez hecho esto, evita las situaciones conflictivas. Esta semana servirá para relajarle y preparar el terreno para el trabajo posterior.
2ª Buen control de la correa: Para este caso, aconsejo un arnés anti tirones con sujeción pectoral. Este debe estar bien ceñido al cuerpo para evitar rozaduras. Evita los tirones y la tensión si se presenta el estímulo detonante, mantén la distancia y sal de dicha situación si el perro reacciona.
3ª Premia la calma y las buenas conductas: Si tu perro hace contacto visual con el estímulo detonante manteniéndose tranquilo, debes acariciarle de manera suave y relajada y decirle que lo está haciendo muy bien con un tono pausado que incite a la calma, pero si su cuerpo se tensa (se muestra rígido y estático), llámale la atención con una chuche, sácale de esa situación y dale el premio cuando vuelva a relajarse.
4ª Trabaja tu liderazgo: Como tutor de tu perro, debes ser un referente que represente estabilidad emocional, serenidad y firmeza. Caminar totalmente relajado trasmitirá esa sensación al perro.
Tus articulaciones deben estar completamente sueltas y relajadas, sin tensión aparente. Saca un poco de pecho y mantén una posición erguida, pero sin perder dicha relajación, anda con soltura y confiado mirando al frente, pero sobre todo, créetelo de verdad, siente la relajación, el bienestar y la confianza en ti mismo.
La tensión solo puede venir como consecuencia de la reacción de tu perro. Inevitablemente ante esto debes reaccionar y sacarle de ahí, pero lo más importante, es no tener que llegar a que se de esta situación.
Fíjate en el entorno y en tu perro, pero sin preocuparte en exceso. Ya sabes gestionar la situación, preocúpate exclusivamente de ser un buen referente y de solucionar el problema sin prisa, pero sin pausa.

Ejercicios para el perro reactivo
Después de una semana trabajando las pautas para el perro reactivo, estarás preparado/preparada para los ejercicios. Ya no hace falta el cambio de horarios para el paseo, saldréis en su horario habitual, pero sigue manteniendo el resto de pautas ya que son la base de la terapia.
1º Busca: Este ejercicio debes de haberlo trabajado previamente en casa. Se trata de irle tirando chuches por el camino que debe seguir y decirle la palabra “busca”.
Sirve fundamentalmente para aquellos momentos en los que es inevitable cruzarnos con otro perro o estímulo desencadenante y queremos desviar su atención para evitar la conducta reactiva. (Para mantener su motivación hacia la comida, sería adecuado reducir la porción diaria que le damos con el pienso, pero se trata de motivarle, tampoco debemos matarle de hambre)
Procura no utilizar este ejercicio si el otro perro está demasiado cerca, podrían entrar en conflicto por la comida.
2º Ejercicios B.A.T: Estos ejercicios están muy bien explicados en la web de Etología familiar.
3º Desensibilización y contracondicionamiento: Debes pedirle que desarrolle una conducta incompatible con la que queremos corregir, de tal manera que, mientras la realiza, impedimos que lleve a cabo la conducta reactiva y mientras tanto, se va acostumbrando a la presencia del estímulo que la desencadena y asociándolo con algo positivo (el premio). Al cabo del tiempo te irás acercando cada vez más, con mucha cautela y tomando distancia, en el caso de que el perro cambie de actitud.
Las claves fundamentales en este tipo de trabajo son la distracción, la distancia y la duración. Conforme avances en las sesiones, aumentarás la duración de estas y disminuirás la distancia hacia el elemento detonante, manteniendo siempre la atención en el elemento distractor (el premio), el cual, puede ser un juguete o comida.
Un ejemplo es pedirle un sentado, manteniendo su atención en el premio y dárselo capturando el estado emocional que queremos.
4º Más juegos con el olfato y menos juegos con la vista: El olfato en el perro va unido a centros reflexivos de su cerebro y la vista a centros impulsivos, con lo cual, si aumentamos los juegos de olfato, no solo tendrás un perro más reflexivo y relajado, sino que le estaremos dando una actividad que le canse y le permita desarrollar una labor que le encanta.
Conclusión y últimos apuntes
La reactividad está vinculada al miedo, a la inseguridad, al dolor y a la falta de autocontrol ante la necesidad de relacionarse socialmente. El perro no tiene como finalidad hacer daño, pero este comportamiento le ha servido para salir de esta situación que le causa miedo o frustración y se ha reforzado con el tiempo, lo cual no quiere decir que no pueda llegar a morder, aunque esto dependerá del perro y de la situación.
Para los ejercicios B.A.T y los ejercicios de desensibilización y contracondicionamiento, es fundamental que tengamos la seguridad de que el otro perro con el que trabajemos no va a reaccionar negativamente.
Espero que todo lo expuesto en este artículo te permita manejar mejor la situación, entender a tu perro, capacitarle y darle herramientas para afrontar la situación con otras alternativas que incurran positivamente en vuestro bienestar y felicidad.
Muy buenos consejos,muchas gracias.
Hola Emiliano. Muchas gracias por el comentario.
Lo primero que aprendí con Miguel fue que si quieres que tu perro esté tranquilo, antes debes estarlo tú, y eso debe verse reflejado en tu cuerpo. Me ha ayudado mucho esta idea a lo largo de la educación de Curro.
Si, pero no solo eso Bea, ya que este es un concepto que una vez interiorizado te ayuda en otras facetas de la vida.